El autismo es un síndrome que estadísticamente afecta a 4 de cada 1,000 niños; a la fecha las causas son desconocidas, aún y cuando desde hace muchos años se le reconoce como un trastorno del desarrollo.
Salvo
contadas excepciones, el autismo es congénito (se tiene de nacimiento) y se
manifiesta en los niños regularmente entre los 18 meses y 3 años de edad. Los
primeros síntomas suelen ser: el niño pierde el habla, no mira
a los ojos, pareciese que fuese sordo, tiene obsesión por los objetos o muestra total desinterés en las relaciones sociales con los demás. En algunas ocasiones puede llegar a confundirse con esquizofrenia infantil.
a los ojos, pareciese que fuese sordo, tiene obsesión por los objetos o muestra total desinterés en las relaciones sociales con los demás. En algunas ocasiones puede llegar a confundirse con esquizofrenia infantil.
Existen
múltiples estudios genéticos que relacionan los cromosomas 5 y 15 con el
autismo así como otros que buscan vincularlo con cuestiones biológicas como
vacunas e intoxicación de metales. A la fecha, ninguno de estos estudios ha
logrado sustentar su teoría y por lo mismo, no se puede precisar el origen
mismo del síndrome.
Una
definición sencilla podría ser:
“El
autismo es un síndrome que afecta la comunicación y las relaciones sociales y
afectivas del individuo”.
Como su
definición lo dice, el autismo es un síndrome, no es una enfermedad y por lo
tanto no existe cura. Se puede mejorar
su calidad de vida y enseñarle nuevas habilidades con la intención de hacerlo
más independiente, pero como en el Síndrome de Down y otros trastornos del
desarrollo, el individuo que lo tenga será autista toda su vida.
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